En Carnaval, en determinados puntos del pueblo, se instalaban bambas donde acudían las jóvenes a mecerse. Mientras eran mecidas por los mozos algabeños se entonaban coplillas, las bamberas, coplas de profunda raiz algabeña y acusada tradicionalidad.
Tampoco podían faltar en Carnaval las piñatas que, junto con las bambas, se constituían en símbolos de esta fiesta que hoy vuelve a resurgir de sus cenizas.
Nuestros mayores aun recuerdan esos lugares donde se instalaban las bambas más frecuentadas ; así, ellos nos hablan de la bamba de la Plazoteta de Gloria, la de la puerta de “la Lola”, la del antiguo cuartel, etc.
Si bien no podemos olvidar las bambas y las piñatas de Carnaval, tampoco podemos dejar de citar a los “murgistas” y sus “murgas”, coplillas sarcásticas, llenas de humor y picardía donde se aludía a personas del pueblo o se recurría a temas propios de Carnaval, tales como el sexo, el elogio al pueblo, a alguna familia pudiente y benefactora de la localidad, la política, etc.
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